Michael Moore sobre la detención de Sadam
"Por lo menos, Sadam consiguió un examen dental gratuito, que es más de lo
que puede decir el estadounidense medio" (Michael Moore)
Fragmento del artículo "Atrapamos a nuestro Frankenstein", del director
Michael Moore: "A Estados Unidos le solía gustar Sadam Hussein. AMÁBAMOS a
Sadam. Lo financiamos. Lo armamos. Lo ayudamos a gasear a las tropas
iraníes. Pero luego todo cambió. Invadió a la dictadura de Kuwait y,
haciendo eso, hizo la peor cosa que se pueda imaginar, amenazó a un amigo
mucho más amigo de nosotros: la dictadura de Arabia Saudita, y sus vastas
reservas de petróleo.
Los Bush y la familia real saudita eran y son socios
cercanos en sus negocios, y Sadam, allá en 1990, cometió un despropósito
real llegando demasiado cerca de sus lujosos bienes. Las cosas fueron cuesta
abajo para Sadam desde entonces. Pero no siempre fue así. Sadam era nuestro
buen amigo y aliado. Apoyamos su régimen. No era la primera vez que hemos
ayudado a un asesino. Nos gustaba jugar al Doctor Frankenstein. Creamos un
montón de monstruos -el Sha en Irán, Somoza en Nicaragüa, Pinochet en Chile-
y luego mostramos ignorancia o sorpresa cuando ellos corrían enloquecidos y
masacraban gente".
El autor del oscarizado documental Bowling for Columbine
sigue ejerciendo de lúcida conciencia crítica en el corazón del país más
poderoso del mundo. Toda una invitación a la reflexión rigurosa...
que puede decir el estadounidense medio" (Michael Moore)
Fragmento del artículo "Atrapamos a nuestro Frankenstein", del director
Michael Moore: "A Estados Unidos le solía gustar Sadam Hussein. AMÁBAMOS a
Sadam. Lo financiamos. Lo armamos. Lo ayudamos a gasear a las tropas
iraníes. Pero luego todo cambió. Invadió a la dictadura de Kuwait y,
haciendo eso, hizo la peor cosa que se pueda imaginar, amenazó a un amigo
mucho más amigo de nosotros: la dictadura de Arabia Saudita, y sus vastas
reservas de petróleo.
Los Bush y la familia real saudita eran y son socios
cercanos en sus negocios, y Sadam, allá en 1990, cometió un despropósito
real llegando demasiado cerca de sus lujosos bienes. Las cosas fueron cuesta
abajo para Sadam desde entonces. Pero no siempre fue así. Sadam era nuestro
buen amigo y aliado. Apoyamos su régimen. No era la primera vez que hemos
ayudado a un asesino. Nos gustaba jugar al Doctor Frankenstein. Creamos un
montón de monstruos -el Sha en Irán, Somoza en Nicaragüa, Pinochet en Chile-
y luego mostramos ignorancia o sorpresa cuando ellos corrían enloquecidos y
masacraban gente".
El autor del oscarizado documental Bowling for Columbine
sigue ejerciendo de lúcida conciencia crítica en el corazón del país más
poderoso del mundo. Toda una invitación a la reflexión rigurosa...
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