Smith and Mighty en Donostia. 30/10/03
recogemos en el correo una crítica del concierto de Smith and Mighty en Donostia de nuestro picateclas Juan Luis Etxeberria, recien llegado de Santirock donde dejó, con el resto de lso componentes del grupo AMA, terriblemente alto el pabellón nocturno....;-)
SMITH & MIGHTY
Clase Turista
Entre grises nubes de intermitente y potente descarga acuosa nos acercamos a la cita que la propuesta foral Gaztemaniak! nos había organizado para la noche del jueves en la sala Gazteszena, en el barrio donostiarra de Egia. Los protagonistas de la noche, Smith and Mighty, llegaban con una elegante aureola desde las islas británicas.
Su nombre ha ido creciendo desde los años 90, cuando ellos, Massive Attack, Tricky, Portishead y Roni Size revolucionaban los mundos digitales con las creatividades que la ciudad de Bristol emanaba desde sus suburbios.
En esa misma fase suburbana e iniciática se encuentra nuestro Tüsüri, telonero de los británicos en su cita donostiarra. Este mozo de apenas 16 años no tuvo problemas a la hora de utilizar su laptop ante el numeroso público que se acercó para escuchar sus creaciones.
En esa edad en la que la mayoría de nosotros nos preocupábamos de darle pataditas a un balón o empezar a naufragar en ridículas aventuras amorosas, Oier Iruretagoiena ya comienza a adentrarse en los ritmos digitales con paso firme. Aún está algo imberbe el chaval. Los estilos están sin pulir, con las influencias demasiado presentes y pocos matices de producción. Algo normal cuando estamos ante las primeras chanzas con los programas musicales informáticos.
Pero a uno le entran ínfulas de ojeador futbolista, y se aventura a opinar que en 5 años (si madura con pausa, como los buenos vinos) nuestro Oier tendrá un espacio importante en la música electrónica de nuestro país y alrededores continentales.
Lo que Smith and Mighty presentaron nos empieza a cansar un poco. No por la música que ofrecieron (más que correcta), sino por la formación elegida: Un DJ que ponía canciones y un charlatán que hablabla/rapeaba sobre ellas. Mighty girando vinilos y un tal Kezz con el micro adherido a la mano.
Los combos de Hip-Hop se basan en ese esquema, sí. Pero cuando uno tiene una banda completa con la que suele actuar (mas de un asistente acudió a Gazteszena con esa idea) y se presenta en una ciudad con dos tocadiscos, una sirena algo reiterativa y unos parlamentos sin freno que el público no puede disfrutar en toda su extensión (el ingles no es aún lengua nativa en Euskadi), solo nos viene a la mente una imagen: Tipo con grupo famoso y sin disco reciente echa mano de un colega del barrio y le pregunta ¿Qué, nos pegamos unas vacaciones por Europa en clase económica y tarifa reducida tirando del nombre de mi banda?.
Musicalmente, el concierto fue un gozo absoluto para los amantes de las melodías negroides en su vertiente más jamaicana: mucho Dub y Reggae, estilos que se adaptan muy bien al esquema grupal presentado dado que dejan cantar encima de los numerosos espacios sin voz que las canciones contienen. Sin olvidar algo de aquella oscuridad y parsimonia que caracterizó el trip-hop.
La cosa se fue animando y cayeron algunas gotas de estilos electrónicos más briosos como el Drum&bass y el 2 Step. Smith & Mighty (o esta versión light) ofreció un recital extenso y completo que movió no pocas caderas y brazos entre el personal asistente, en un hipnótico aerobithon bailarín. Lastima que no pudieran refrescarse todo lo deseado por el tristemente habitual caos organizativo del bar de esta sala donostiarra.
Juan Luis Etxeberria
SMITH & MIGHTY
Clase Turista
Entre grises nubes de intermitente y potente descarga acuosa nos acercamos a la cita que la propuesta foral Gaztemaniak! nos había organizado para la noche del jueves en la sala Gazteszena, en el barrio donostiarra de Egia. Los protagonistas de la noche, Smith and Mighty, llegaban con una elegante aureola desde las islas británicas.
Su nombre ha ido creciendo desde los años 90, cuando ellos, Massive Attack, Tricky, Portishead y Roni Size revolucionaban los mundos digitales con las creatividades que la ciudad de Bristol emanaba desde sus suburbios.
En esa misma fase suburbana e iniciática se encuentra nuestro Tüsüri, telonero de los británicos en su cita donostiarra. Este mozo de apenas 16 años no tuvo problemas a la hora de utilizar su laptop ante el numeroso público que se acercó para escuchar sus creaciones.
En esa edad en la que la mayoría de nosotros nos preocupábamos de darle pataditas a un balón o empezar a naufragar en ridículas aventuras amorosas, Oier Iruretagoiena ya comienza a adentrarse en los ritmos digitales con paso firme. Aún está algo imberbe el chaval. Los estilos están sin pulir, con las influencias demasiado presentes y pocos matices de producción. Algo normal cuando estamos ante las primeras chanzas con los programas musicales informáticos.
Pero a uno le entran ínfulas de ojeador futbolista, y se aventura a opinar que en 5 años (si madura con pausa, como los buenos vinos) nuestro Oier tendrá un espacio importante en la música electrónica de nuestro país y alrededores continentales.
Lo que Smith and Mighty presentaron nos empieza a cansar un poco. No por la música que ofrecieron (más que correcta), sino por la formación elegida: Un DJ que ponía canciones y un charlatán que hablabla/rapeaba sobre ellas. Mighty girando vinilos y un tal Kezz con el micro adherido a la mano.
Los combos de Hip-Hop se basan en ese esquema, sí. Pero cuando uno tiene una banda completa con la que suele actuar (mas de un asistente acudió a Gazteszena con esa idea) y se presenta en una ciudad con dos tocadiscos, una sirena algo reiterativa y unos parlamentos sin freno que el público no puede disfrutar en toda su extensión (el ingles no es aún lengua nativa en Euskadi), solo nos viene a la mente una imagen: Tipo con grupo famoso y sin disco reciente echa mano de un colega del barrio y le pregunta ¿Qué, nos pegamos unas vacaciones por Europa en clase económica y tarifa reducida tirando del nombre de mi banda?.
Musicalmente, el concierto fue un gozo absoluto para los amantes de las melodías negroides en su vertiente más jamaicana: mucho Dub y Reggae, estilos que se adaptan muy bien al esquema grupal presentado dado que dejan cantar encima de los numerosos espacios sin voz que las canciones contienen. Sin olvidar algo de aquella oscuridad y parsimonia que caracterizó el trip-hop.
La cosa se fue animando y cayeron algunas gotas de estilos electrónicos más briosos como el Drum&bass y el 2 Step. Smith & Mighty (o esta versión light) ofreció un recital extenso y completo que movió no pocas caderas y brazos entre el personal asistente, en un hipnótico aerobithon bailarín. Lastima que no pudieran refrescarse todo lo deseado por el tristemente habitual caos organizativo del bar de esta sala donostiarra.
Juan Luis Etxeberria
2 comentarios
bartolo -
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